Alta tensión

Esta es la primera exposición de su trabajo en donde pudo desplegar los diferentes ángulos de la problemática que ella lee en el enredo de los cables en los postes de la ciudad como signo y retrato de las relaciones entre los unos y los otros, si es que es del todo posible la relación entre los semejantes, si es que las relaciones cotidianas constituyen una tensión de frecuencia informativa, un vínculo auténtico, la posibilidad real de una mutua validación existencial y no sólo un embrollo que se sostiene por inercia. Parece un problema social, urbano y político, de ciudad mal planeada, y puede tratarse de todo eso, pero a Atenas la forma le interesa a un nivel personal que no pretende ser arte político, por lo menos no ahora. La multiplicación de cables entre postes y postes es para la teoría de la comunicación como una pesada broma informática, y en el dibujo de este enredo Atenas Orozco lee la distancia existencial de lo que en la actualidad entendemos por conexión, otredad.

Registro: Michelle Lartigue
Registro: Michelle Lartigue

En la invasión de la totalidad del espacio, que se extendió desde la puerta de la calle hasta todas las habitaciones disponibles de La Perrera (el espacio organizado por Erick Vázquez, Melissa Aguirre García y Beto Díaz), no había manera de no toparse con un cable, la necesidad de agacharse o levantar las piernas para pasar, pisar los cables del piso que por la naturaleza de su grosor poseen una voluntad propia para dibujar una sinuosidad que les es pertinente y muy difícil de negociar. Se trató de dibujo entonces, pero la experiencia estuvo dominada por el ruido blanco que emiten las torres de alta tensión, sonido producido por la vibración del metal de las torres en respuesta a los armónicos de las frecuencias eléctricas y reconstruido por la artista con la sencilla solución de un aluminio de calibre espeso interpuesto entre el feedback emitido por un micrófono y un amplificador, sonido de efectos sensibles en el cuerpo que inmediatamente percibe el sistema nervioso como una señal de peligro, de intensidad que eriza el pelo corto de la nuca.

Además de la experiencia de transitar el espacio bajo una sonoridad electromagnética Atenas realizó con los asistentes el juego de resistir la electricidad emitida por una máquina de toques, de esas que se usaban en las cantinas, jugando a sumar personas tomadas de las manos para construir una resistencia, ejercicio de investigación para probar cuántas personas son capaces de transmitir una señal eléctrica antes de que la misma pase de lo insoportable a lo imperceptible, metáfora del lazo afectivo y sus capacidades de tensión y transferencia en el sentido que le dio el psicoanálisis, el de un deseo anclado en un mensaje invertido, una frecuencia de onda que o bien se extiende o se cancela.

Entre los cables tensados por diferentes ángulos inevitablemente se forman espacios vacíos, geométricos, triángulos y rectángulos irregulares, que la artista comprende como espacios de resistencia, silencios expresivos, que la artista intentó resolver mediante papel de color translúcido, solución que le quedó más o menos satisfactoria porque se trata de la parte menos resuelta en la posibilidad de este cuerpo de obra que sintetizó. El color es un problema muy difícil de solucionar cuando se trata de pasar de lo bidimensional a la presencia porque el cromatismo es parecido a la música en que está pesadamente codificada, pero al mismo tiempo está completamente ausente de símbolos inequívocos, y entonces la artista debe tomar decisiones para desarrollar su propio léxico con miras a que su cromatismo le diga algo a alguien más también. Esto Atenas todavía no lo logra, pero los proyectos en la Perrera son para eso, para jugar con las posibilidades que no necesariamente, y de hecho, idealmente, no podrían ser presentadas en ningún otro lugar. Por lo pronto, este gran desmadre que Atenas desplegó ofrece un atisbo de lo que la joven artista puede llegar a desarrollar en diferentes salidas formales, acústicas, visuales, espaciales y performáticas sobre el problema de la conexión entre los habitantes de una ciudad, problema que parece decir siempre que las proporciones de una mancha urbana son las proporciones de la soledad de sus individuos.

Erick Vázquez

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