Monterrey, N.L. México.
25 de Noviembre de 2021.
Estimado Erick Vázquez:
Es un placer saludarlo de nuestra parte, somos un grupo de estudiantes de la materia Crítica del Arte de la Universidad Lux, misma que imparte la Asesora Académica Ruth Rodríguez. Hemos tenido el placer de revisar su trabajo en la materia y nos interesa mucho saber sobre su trayectoria así como algunas ideas de su opinión sobre la condición actual de la crítica en nuestro país. Le hacemos llegar un par de preguntas, estamos realmente agradecidos.
Sin más por el momento quedamos atentos.
Alumnos Universidad Lux.
Tetramestre 2021-3, Turno Nocturno.
- ¿Cómo fue su inicio y trayectoria en la crítica del arte? ¿Cómo decidió elegir esta profesión?
Fue accidental, como la mayoría de los encuentros amorosos y vocacionales, supongo, aunque para un crítico de arte las coincidencias no existen. En la carrera de artes un maestro me sugirió entrar a una convocatoria para escritores, entré y me la dieron. Una vez enfocado a la escritura -que como ese maestro observó se me da más fácil que otras inclinaciones- fue natural empezar a escribir sobre arte porque era la sociedad que me rodeaba, amigos muy importantes para mi formación y de los que aún dependo. Entonces, no podemos hablar de que se trató de una elección, las cosas más importantes, en la evolución de las especies y en la vida privada con toda probabilidad comienzan por accidentes afortunados.
2. ¿Cuáles son los cambios que considera han surgido en la crítica desde ese momento?
¿Cambios desde mis años de estudiante y la actualidad? En términos de funcionalidad, la aparición de la figura del curador reemplazó por completo a la figura del crítico, cosa que sucedió en México justamente por aquellos años, a mediados de la década de los noventas. Ese desplazamiento, que consistió en la producción de textos de sala y catálogos, se explica sencillamente con el flujo económico. Un crítico vivía de lo que ganaba con sus textos de sala, para catálogos y revistas, y si tenía suerte, con sus publicaciones en algún periódico; como curador se percibe mucho más dinero y la gente sencillamente optó mejor por entrarle a la curaduría, que es una figura mucho más amable que la del crítico porque no se termina peleando con medio mundo, al contrario, el curador tiene que mediar entre artistas e instituciones.
2. En su opinión, ¿cuál es la formación académica o de vida que debe tener un crítico de arte?
Ah, esta pregunta me gusta mucho porque mi formación fue absolutamente autodidacta, y realmente todos los críticos de mis referencias (Diderot, Baudelaire, John Ruskin, Bernard Shaw) hicieron lo mismo: aprendieron escribiendo, mediante la propia práctica desarrollaron la teoría que después alcanzaron a producir. He llegado a la conclusión de que un crítico debe poseer un conocimiento universal, historia para aprender a ubicar la genealogía de una práctica, literatura para poder hablar de cosas de las que en principio es muy difícil hablar, filosofía para saber cómo hacerse las preguntas adecuadas, psicoanálisis para comprender los principios esenciales de la relación entre expresión y síntoma, y más recientemente he concluido que la medicina y la anatomía deben ser fundamentales para tener una idea de cómo funcionan el corazón, las manos, el cerebro, los ojos y el aparato fonador, la actividad neuronal de los sueños y la excitación del sistema nervioso. Por supuesto, todo esto se ha desprendido de mis experiencias escribiendo sobre artistas porque para entender de qué están hablando a veces hay que saber algo de geología, de acústica o de astronomía, por dar algunos ejemplos. Además hay que necesariamente saber cómo funcionan las diferentes artes, música y arquitectura, fotografía y pintura, danza, etcétera. Suena a una tarea pesada ahora que lo digo, pero para mí no lo ha sido porque ha tenido que ver con el placer que viene con la expansión de un campo de interés, es lo que más me gusta y lo que más fácil se me hace.
3. ¿Regularmente lo contratan para realizar la crítica o usted busca el medio a publicar según sus intereses intelectuales?
Yo he buscado el medio de publicar y las opciones son pocas, eventualmente te invitan a participar para algún catálogo o texto de museo pero no lo suficiente para poder vivir de eso. Tengo mucha suerte porque yo no vivo de la crítica, y por eso me puedo permitir escribir en mi blog lo que se me de la gana sin la preocupación de que vaya a gustar o pueda herir alguna sensibilidad, cosa inevitable porque los artistas son hipersensibles y se toman todo muy a pecho
4. ¿Se puede vivir de la crítica de arte? si considera que no es así, ¿Qué otras actividades realiza para ello?
Esta pregunta ya la respondí en la anterior pero puedo agregar para confirmarte que no, no se puede vivir de la crítica en México, y se tiene que hacer lo mismo que hace todo artista, buscar apoyos, proyectos independientes con instituciones, becas, dedicarse a la enseñanza (que resulta muy provechoso porque se está en contacto constante con los jóvenes y con los textos y los discursos). En EUA es más posible dedicarse a la crítica, pero sólo en algunas ciudades. En EUA la crítica musical, por ejemplo, cuenta apenas con unos cinco representantes en todo el país y están en Nueva York, Los Ángeles y Washington, y se trata del mercado más grande del mundo. Yo no realizo ninguna de estas actividades porque repito que he tenido mucha suerte y heredé un negocio familiar que me permite el tiempo necesario y la posibilidad de comprarme libros. Aún así creo que el aspecto económico no es un impedimento para poder escribir crítica de arte, creo que los artistas y maestros podrían escribir crítica de arte y sería muy provechoso para todo el mundo tener opiniones articuladas que nos ayuden a pensar, ¿cómo? Sencillamente escribiendo de manera relativamente periódica y leyendo aquí y allá. Es muy importante tener el corazón para hacerlo, las ganas, y hacerse a la idea de que a lo mejor algunas personas se van a ofender con lo que uno está diciendo. Pienso por ejemplo en Marcel del Castillo o en Francisco Benítez aquí en Monterrey, que de manera más o menos constante expresan sus opiniones en YouTube o en sus redes sociales.
5. ¿De qué manera separa usted su crítica personal de la objetividad a presentar en el medio a publicar? ¿Maneja una misma voz y postura?
No la separo en absoluto, y no hay manera de hacerlo. He dicho y repetido que lo mismo que afirmo en privado lo puedo sostener en público. ¿Cómo separar los juicios subjetivos, que son inevitablemente los que constituyen la práctica artística, de los objetivos? ¿Qué es un juicio objetivo, si ni siquiera son posibles en la ciencia? La ciencia de la biología moderna, por ejemplo, que nace con Darwin, es inseparable de la vida privada del mismo Darwin, que en sus libros habla de sus hijos y su esposa y hasta de su casa privada, en donde realizó las investigaciones más importantes en existencia sobre lombrices de tierra, a las que les debemos la posibilidad de la agricultura, de los bosques y del verdor en general sobre el planeta. Mi voz es mi postura y mi postura es la historia de mi cuerpo y de sus relaciones con otros cuerpos, y esa es la objetividad que persigo visceralmente, por esta misma razón me relaciono con los artistas lo más posible, y por eso me abren la intimidad de sus estudios, porque enfrento mi subjetividad abiertamente con la suya.
6. ¿Ha tenido alguna censura o veto por algún medio, espacio o artista? ¿Eso puede suceder?
Sí. De hecho estoy de manera extraoficial vetado de Conarte -lo sé por fuentes confiables-, no me invitan a las noches de artistas en el museo Marco porque expresamente me sacaron de la lista de invitados -lo sé por fuentes muy confiables-, un par de galerías y espacios evitan y activamente tratan de bloquear mi influencia, y me detengo ya porque creo que la lista es tan larga como improductiva. Tal vez mi caso sea muy particular, pero lo dudo mucho, es que la crítica es incómoda y mucho más incómodo es un personaje que es independiente, con intereses completamente libres de todo compromiso; es chistoso porque un crítico que no depende de ningún sector o grupo en teoría es lo ideal y en la práctica resulta que fíjate que siempre no. Quisiera que no sonara todo a queja, porque realmente soy mucho más respetado y querido que odiado por parte de la comunidad artística. También podría agregar a la pregunta número 3 de arriba que un crítico debe tener un buen sentido de la ironía y no tomarse las cosas de manera tan personal, aunque en la práctica artística todo sea estrictamente personal.
7. Hay críticos que señalan una crisis en la profesión, incluso que el curador lo ha desplazado, ¿qué considera al respecto?
Ya respondí a esta pregunta, tal vez podría aprovechar para hacerme la pregunta de por qué el curador desplazó al crítico, si en principio no realizan la misma chamba, es decir, sí ambos pueden escribir textos, pero son textos cuya naturaleza es esencialmente distinta.
8. ¿Cómo considera el panorama y condición general de la crítica de arte en nuestro país?
Solitario.
9. Como estudiantes de la materia estamos interesados en el camino de la misma, ¿Nos daría algunas recomendaciones de su parte? ¿Le gustaría agregar algo más a estas preguntas?
Sí, los textos que Diderot hizo sobre los Salones del Louvre son una lectura placentera porque Diderot era un gran escritor y es importante porque fue el primero en hacer crítica de manera formal, y es una cosa que dejó de suceder, que la crítica estuviera en manos de los literatos. La crítica literaria de Virginia Woolf es una delicia, que además nos muestra a una Virginia muy cabrona y agresiva, muy divertida, imagen a la que no estamos acostumbrados y que no podríamos imaginarnos con la lectura de sus novelas. La crítica musical de Bernard Shaw es mi modelo a seguir, en particular podría recomendar The sanity of Art, que es la respuesta que Shaw escribió a un psiquiatra autor del libro “Degeneración”, en el que se afirma que los artistas pre-rafaelitas, los impresionistas, Richard Wagner y Tolstoi eran personas degeneradas y un peligro para la sociedad. La crítica de Octavio Paz me parece la más aburrida de la historia, con la única excepción de su libro sobre Duchamp que es brillante. Hay unos textos de Roland Barthes sobre Cy Twombly que uno no se puede morir sin leer aunque sea una vez. Los textos de crítica de arte publicados en el periódico El Universal durante la época del movimiento de los “Contemporáneos”, en particular los de Jorge Cuesta, son un gran ejemplo de crítica de arte escrita por gente que viene del campo literario.