No estés triste

La diferencia entre el performance y la danza contemporánea es irrelevante, y la discusión es las más de las veces ociosa, pero si la distancia entre ambas es particularmente confusa la obra se beneficia de que por instantes no sabemos exactamente qué es lo que estamos viendo, y esa ambigüedad tiene la ventaja de dejarnos desarmados ante la obra y su sentido, y este es justo el caso con la obra de Samy Nevárez, No estés triste, que lleva en el título la mitad de la respuesta: en todas las edades, desde la infancia a la vejez, hay muchas y legítimas razones para estar triste, y para todas las edades hay un argumento preparado con el que se nos dice que no hay motivo suficiente para estar tristes, aunque la razón no asista a quienes nos lo dicen nos lo repiten porque resulta que es muy incómodo para todo mundo: la cultura norteña -tal vez la cultura mexicana en general- es particularmente asustadiza con el llanto ajeno.

Durante la mayor parte de los poco más de cuarenta y cinco minutos que dura No estés triste, la bailarina se la pasa pegada a la silla, en variaciones de forcejeo, suspensión y torsión, jugando con el mueble que fue construido con medidas específicas para los juegos de peso y contrapeso, giros y caídas que exigen el equilibrio entre el abandono al sentimiento y el control de una precisión técnica. Durante la obra Samy Nevárez canturrea Piel canela de Bobby Capó, la canción que hicieran famosos Los Panchos en español, Josephine Baker en francés, y el propio Bobby Capó en inglés, pero Samy la canta despedazada y sin resolución, la síncopa natural del cha cha chá extrapolada para descuadrarla sobre los cambios bruscos entre la fluidez y el espasmo con los que la bailarina claramente entiende la tristeza; por ejemplo, en un giro de la frase me importas tú, la última vocal ululante se estresa hasta el frenesí de un gruñido que sale de un cuerpo tenso sobre sus puntos de apoyo. En el desarrollo hay incluso momentos de una erótica propia de la declinación anímica: si hay una lógica espiral en la anatomía humana, es la que permite que una torsión que empuja un miembro, digamos una mano hacia arriba, se ancle con la misma fuerza en los dedos del pie del lado contrario en el piso, es decir, que la contradicción esencial de las emociones del cuerpo es posible gracias a la tensión y la torsión de los tejidos que lo constituyen, por eso la tristeza a veces es deleitante, por la sencilla razón de que inflama la existencia. ¿Qué es la tristeza? No poder apartarse de la silla. ¿Qué es la tristeza? Un equilibrio entre la catástrofe desplomada y la resistencia.

Registro fotográfico de Arturo Torres

El único momento en que la bailarina se despega de la silla y baila con ella cargándola y haciéndola girar en una especie de ensueño amoroso es el único momento en que la canción cambia al tema central de La Bella durmiente, “Eres tú el príncipe azúl…” y entonces parece la obra querer decir que la tristeza de la que está hablando es la del desamor, pero creo que la obra de Samy Nevárez desarrolla la tristeza en la estructura de una dinámica, es decir, un rango de alturas y depresiones en las que fluctúa con voz y cuerpo, con un tema o motivo en ostinato, y entonces la emoción resulta universal, domesticándola con los poderes propios del arte para que se vuelva parte auténtica de nosotros mismos en lugar de una fuerza invasora y alienante. En fin, que esta obra concebida y ejecutada por Samy Nevárez -su primer trabajo como solista- es un pequeño tratado sobre la tristeza en una época en la que nadie quiere saber nada del tema, un tratamiento inteligente y honesto en una danza que es expresiva sin ser fácil, es decir, que conduce el tema con claridad sin resolver por completo el sentido para los espectadores y por lo tanto resulta generosa y algo incómoda, perfecta para ser presentada en Espacio Expectante, fundado por Arely Morán en el 2017, el único espacio independiente en la ciudad dedicado por completo a la danza y las exploraciones corporales. No estés triste se estrenó en Expectante en abril de este año que termina, con una segunda temporada en octubre y también ya fue a presentarla en Queretaro y CDMX.

Erick Vázquez

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